Una madre «de recambio»

Efectivamente, cuando la profesora consigue ser una especie de nueva madre para el niño, entonces resulta satisfactorio el equilibrio de sus relaciones duales. La profesora transmite entonces al niño los mismos mensajes que su madre. Aprecia al niño de la misma manera y por las mismas razones, y reacciona negativamente del mismo modo. Posee las mismas normas y los mismos valores. De lo contrario, el niño se las ingeniará para obtener las reacciones deseadas. Y ello tanto si sé le dice que es bueno y aplicado como si se le dice que es insoportable, malo y torpe. Por lo general, las conclusiones a que llegan la madre y la profesora coinciden. Por otra parte, él niño hace lo que haga falta para que sea así. Desea que la profesora le confirme lo qué le han dicho que es. De este modo, los mensajes de los padres se ven frecuentemente reforzados por la escuela, aunque de vez en cuando haya profesoras que tratan de modificar la imagen que los niños tienen de sí mismos.

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