Con la madre

Las relaciones entre la madre y la hija se degradan. No se reconoce la rivalidad, pero hay indicios que no llaman a engaño: la madre se muestra más crispada y no soporta las zalamerías de su hija. Le hace observaciones desagradables y resalta sus defectos. Y la niña, que confía en la transmutación, la Imita en todo aquello que sabe que agrada a su padre. Lo cual irrita aún más a la madre. Es frecuente que, en el terreno de las tareas domésticas, la madre le diga: "no sabes hacerlo tan bien como yo". Y también le transmite el mensaje: "no te me pases, ...no trates de aventajarme". En esta competición, por lo general doméstica, la madre sale triunfante. La niña juega a ser mamá sin conseguir ser perfecta o la mejor.

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