Lo que está en juego en la primera infancia

A la necesidad de caricias se añaden las de moverse y ser estimulado. Si dichas necesidades son satisfechas, el bebé considerará que son adecuadas y que no resulta peligroso hacer las cosas. De lo contrario, comprenderá que no debe comenzar a explorar, que no debe ser intuitivo y curioso, que no debe ser "pelmazo". En el primer caso, hace su entrada en la vida con una gran confianza. En el segundo, desconfía. Y es cierto que el mundo encierra verdaderos peligros si el bebé no se ve apoyado para hacerle frente. Además, teme no complacer a su madre. Y es esta una experiencia inevitable y bastante difícil de digerir.

0 comentarios:

Publicar un comentario