Dos que se desvalorizan

El niño no está contento ni de sí mismo ni del progenitor presente.

— La tercera persona puede ser considerada por el niño como alguien de su agrado. Ejemplo: la niña, reprendida por su padre, se siente desdichada, al mismo tiempo que le quiere. Y le parece que su madre tiene suerte, porque papá no la reprende. Siente envidia de su madre.

— Si esa tercera persona no es de su agrado, entonces ya no queda nadie que le caiga bien. Es realmente desalentador.

Hasta los cuatro años, el niño vive constantemente todas estas situaciones.

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