La imitación

Pero el bebé no siempre sabe lo que tiene que hacer para ser un individuo. A escondidas, y sin confesárselo a sí mismo, observa e Imita a los demás. Actuar como las personas significa ser una persona.

Pero no sólo siente curiosidad por lo que hacen los demás, sino también por la totalidad del mundo que le rodea. Su deseo de saber es insaciable, y por ello explora y se mueve sin cesar, inmoderadamente, hacia todo cuanto le atrae: los platos del aparador, las figuras de porcelana... y multitud de cosas por las que sus padres se preocupan. Por eso la nefasta prohibición de explorar es tan frecuente, tan paralizante y tan intensamente inhibidora de la tendencia natural de los niños pequeños a incorporarse conocimientos universales.

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